No se me ocurre un momento peor en mi carrera que la pandemia de COVID-19 en lo que respecta a las urgencias odontológicas. Fue un momento único en el tiempo. No dejé de prestar servicios en ningún momento. Cuando el Estado dio órdenes de permanencia y muchos negocios tuvieron que cerrar, trabajé sin descanso con el personal de Salud Camarena para satisfacer la creciente demanda de servicios dentales.

Me dedicaba constantemente a tratar verdaderos casos de emergencia odontológica en los que los pacientes llegaban con fuertes dolores o hinchazones en la cara, entre los cuales la mayoría debían ser tratados inmediatamente para evitar condiciones que pusieran en peligro su vida y para minimizar la necesidad de ser enviados al hospital y ocupar las camas de urgencias que escaseaban y se necesitaban desesperadamente para los pacientes de COVID-19. Recuerdo lo agradecidos que estaban nuestros pacientes cuando podía aliviar su dolor aplicando tratamientos el mismo día, ya que muchas otras clínicas estaban cerradas u ofrecían un número limitado de servicios.

Durante este tiempo, me di cuenta de lo importante que era para nosotros, como organización, estar a la vanguardia en la prestación de servicios, mientras que las instalaciones abiertas eran limitadas. Los pacientes tenían miedo de salir de sus casas y muchos recursos esenciales eran limitados. Este tiempo nos ha enseñado a todos a ayudarnos mutuamente, a ser pacientes y a apoyarnos unos a otros, y a cómo podemos superar momentos tan difíciles trabajando juntos.

Dr. Ravi Patel, DDS